jueves, 1 de noviembre de 2018

Tarde Te amé...

¡Hola a todos!

Después de algún tiempo de no publicar en este espacio, regreso con esto que identifica muy bien lo que está sucediendo en estos momentos en mi vida... espero sus comentarios. ¡Un saludo y bendiciones!

"Tarde Te amé"

¡Tarde Te amé, Hermosura tan Antigua y tan Nueva! ¡Tarde Te amé!
Y Tú Estabas dentro de mí y yo afuera,
y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas que Tú creaste...

Tú Estabas conmigo, mas yo no estaba Contigo...
Reteníanme lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no existirían.
Me llamaste y clamaste, y Quebraste mi sordera; brillante y resplandeciente, y Curaste mi ceguera; exhalaste Tu Perfume, y lo aspiré, y ahora Te anhelo; gusté de Ti, y ahora siento hambre y sed de Ti; me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de Ti...

(Agustín de Hipona, "Confesiones")

sábado, 1 de agosto de 2009

Himno de las Américas...

Un hermoso pensamiento que sin duda, algún día, muy pronto y después de que todo lo que tenga que pasar pase, se hará realidad...

HIMNO DE LAS AMÉRICAS...

Un canto de amistad, de buena vecindad,
unidos nos tendrá eternamente.
Por nuestra libertad, por nuestra lealtad
debemos de vivir gloriosamente.

Un símbolo de paz alumbrará el vivir
de todo el Continente Americano.
fuerza de optimismo, fuerza de hermandad
será este canto de buena vecindad.

Argentina, Brasil y Bolivia
Colombia, Chile y Ecuador,
Uruguay, Venezuela y Honduras
Guatemala y El Salvador,
Costa Rica, Haití y Nicaragua,
Honduras y Paraguay,
Norteamérica, México y Perú,
Santo Domingo y Panamá:

¡Son hermanos soberanos de la libertad!
¡Son hermanos soberanos de la libertad!...

sábado, 25 de julio de 2009

Mi Cristo Roto (3ra. y última parte...)

La última parte de esta serie de reflexiones... sin ningún desperdicio, definitivamente.

----------------------------------------------------------------------------------

A mi Cristo roto...

A mi Cristo roto, lo encontré en Sevilla. Dentro del arte, me subyuga el tema de Cristo en la cruz. Se llevan mi preferencia los cristos barrocos españoles. La última vez, fui de compras en compañía de un buen amigo mío.

Al cristo, ¡qué elección! se le puede encontrar entre tuercas y clavos, chatarra oxidada, ropa vieja, zapatos, libros, muñecas rotas o litografías románticas. La cosa, es saber buscarlo. Porque Cristo Anda y Está entre todas las cosas de este revuelto e inverosímil rastro (bazar) que es la vida...

Pero aquella mañana nos aventuramos por la casa del artista, es más fácil encontrar ahí al cristo, ¡Pero mucho más caro!, es zona ya de anticuarios. Es el cristo con impuesto de lujo, el cristo que han encarecido los turistas, porque desde que se intensificó el turismo, también Cristo es más caro. Visitamos únicamente dos o tres tiendas y andábamos por la tercera o cuarta.

- ¿Desea algo, señor...?

- Dar una vuelta nada más por la tienda, mirar, ver.

De pronto, frente a mí, acostado sobre una mesa, vi un Cristo sin cruz, iba a lanzarme sobre él, pero frené mis ímpetus. Miré al Cristo de reojo, me conquistó desde el primer instante. Claro que no era precisamente lo que yo buscaba, era un Cristo roto. Pero esta misma circunstancia, me encadenó a él, no sé por qué. Fingí interés primero por los objetos que me rodeaban hasta que mis manos se apoderaron del Cristo, ¡Dominé mis dedos para no acariciarlo! No me habían engañado los ojos! ¡No! Debió ser un Cristo muy bello, ahora era un impresionante despojo mutilado. Por supuesto, no tenía cruz, le faltaba media pierna, un brazo entero, y aunque conservaba la cabeza, había perdido la cara.

Se acercó el anticuario, tomó el Cristo roto en sus manos y dijo:

-¡Ohhh, es una magnífica pieza, se ve que tiene usted gusto, fíjese que espléndida talla, qué buena factura!

- ¡Pero! está tan rota, tan mutilada!

- No tiene importancia, aquí al lado hay un magnífico restaurador amigo mío y se lo va a dejar a usted, ¡como nuevo!

Volvió a ponderarlo, a alabarlo, lo acariciaba entre sus manos; pero no acariciaba al Cristo, acariciaba la mercancía que se le iba a convertir en dinero...

Insistí; dudó, hizo una pausa, miró por última vez al Cristo fingiendo que le costaba separarse de él y me lo alargó en un arranque de generosidad ficticia, diciéndome resignado y dolorido:

- Tenga, lléveselo, por ser para usted y conste que no gano nada: 3000 pesetas nada más, ¡Se lleva usted una joya!...

El vendedor exaltaba las cualidades para mantener el precio y yo le mermaba méritos para rebajarlo. Me estremecí de pronto. ¡Disputábamos el precio de Cristo, como si fuera una simple mercancía! ¡Y me acordé de Judas! ¿No era aquella también una compraventa de Cristo?...

¡Pero cuántas veces vendemos y compramos a Cristo, no de madera, de carne, y en él a nuestros prójimos! Nuestra vida es muchas veces una compraventa de cristos.

¡Bien! cedimos los dos, lo rebajó a 800 pesetas. Antes de despedirme, le pregunté si sabía la procedencia del Cristo y la razón de aquellas terribles mutilaciones. En información vaga e incompleta me dijo que creía procedía de la sierra de Arasena, y que las mutilaciones se debían a una profanación en tiempo de guerra.

Apreté a mi Cristo con cariño, y salí con él a la calle. Al fin, ya de noche, cerré la puerta de mi habitación y me encontré sólo, cara a cara con mi Cristo. Qué ensangrentado despojo mutilado, viéndolo así me decidí a preguntarle:

- Cristo, ¿Quién fue el que se atrevió Contigo?! ¿No le temblaron las manos cuando astilló las tuyas arrancándote de la cruz? ¿Vive todavía? ¿Dónde?... ¿Qué haría hoy si te viera en mis manos? ¿Se arrepintió?...

- ¡CÁLLATE! - me cortó una voz tajante.

- ¡CÁLLATE, preguntas demasiado! ¿Crees que tengo un corazón tan pequeño y mezquino como el tuyo? ¡CÁLLATE! No me preguntes ni pienses más en el que me mutiló, déjalo, ¿Qué sabes tú? ¡Respétalo!, yo ya lo perdoné. Yo me olvidé instantáneamente y para siempre de sus pecados. Cuando un hombre se arrepiente, Yo perdono de una vez, no por mezquinas entregas como vosotros. ¡Cállate! ¿Por qué ante mis miembros rotos, no se te ocurre recordar a seres que ofenden, hieren, explotan y mutilan a sus hermanos los hombres?. ¿Qué es mayor pecado? Mutilar una imagen de madera o mutilar una imagen mía viva, de carne, en la que palpito Yo?... ¡Oh, hipócritas! Os rasgáis las vestiduras ante el recuerdo del que mutiló una imagen de madera, mientras le estrecháis la mano o le rendís honores al que mutila física o moralmente a los cristos vivos que son sus hermanos...

Yo contesté:

- No puedo verte así, destrozado, aunque el restaurador me cobre lo que quiera ¡Todo Te lo mereces! Me duele verte así. Mañana mismo te llevaré al taller. ¿Verdad que apruebas mi plan? ¿Verdad que te gusta?

- ¡NO, NO ME GUSTA! Contestó Cristo, seca y duramente...

- ¡ERES IGUAL QUE TODOS Y HABLAS DEMASIADO!

Hubo una pausa de silencio. Una orden, tajante como un rayo, vino a decapitar el silencio angustioso.

- ¡NO ME RESTAURES, TE LO PROHÍBO! ¿LO OYES?!

- Si Señor, te lo prometo, no te restauraré.

- Gracias - me contestó el Cristo. Su tono volvió a darme confianza.

-¿Por qué no quieres que te restaure? No te comprendo. ¿No comprendes Señor, que va a ser para mí un continuo dolor cada vez que te mire roto y mutilado? ¿No comprendes que me duele?...

- Eso es lo que quiero, que al verme roto te acuerdes siempre de tantos hermanos tuyos que conviven contigo; rotos, aplastados, indigentes, mutilados. Sin brazos, porque no tienen posibilidades de trabajo. Sin pies, porque les han cerrado los caminos. Sin cara, porque les han quitado la honra. Todos los olvidan y les vuelven la espalda. ¡No me restaures, a ver si viéndome así, te acuerdas de ellos y te duele, a ver si así, roto y mutilado te sirvo de clave para el dolor de los demás! Muchos cristianos se vuelven en devoción, en besos, en luces, en flores sobre un Cristo bello, y se olvidan de sus hermanos los hombres, cristos feos, rotos y sufrientes.

- Hay muchos cristianos que tranquilizan su conciencia besando un Cristo
bello, obra de arte, mientras ofenden al pequeño Cristo de carne, que es su hermano. Esos besos me repugnan, me dan asco!, Los tolero forzado en mis pies de imagen tallada en madera, pero Me hieren el Corazón. ¡Tenéis demasiados cristos bellos! Demasiadas obras de arte de una imagen crucificada. Y estáis en peligro de quedaros en la obra de arte. Un Cristo bello, puede ser un peligroso refugio donde esconderse en la huida del dolor ajeno, tranquilizando al mismo tiempo la conciencia, en un falso cristianismo...

Por eso ¡Deberían tener más cristos rotos, uno a la entrada de cada templo y cada casa, que gritara siempre con sus miembros partidos y su cara sin forma, el dolor y la tragedia de mi segunda pasión, en mis hermanos los hombres! Por eso te lo suplico, no me restaures, déjame roto junto a ti, aunque amargue un poco tu vida.

- Si Señor, te lo prometo. Contesté.

Y un beso sobre su único pie astillado, fue la firma de mi promesa.

Desde hoy ¡viviré con un Cristo roto!...

A mi Cristo roto (2da. parte)

Se podría considerar como continuación del post anterior, aunque es algo diferente en su estructura...

----------------------------------------------------------------------------------

A mi Cristo roto

Estás así, Señor, por nuestras culpas,
por tantos signos de egoísmo en nuestras vidas,
por las muchas faltas de caridad que cometemos,
porque no Te amamos tanto como debemos.

Estás así, Señor, por nuestra indiferencia,
porque no nos conmueve el sufrimiento ajeno,
ni el de las viudas, los huérfanos y
los desplazados, ni el dolor y la angustia
de una madre que llora,
ni la desesperanza de las gentes sin techo.

Estás así, Señor, porque no nos aceptamos,
por la falta de amor en las familias,
porque no dialogamos,
porque no comprendemos,
porque no hemos aprendido a perdonar.

Estás así, Señor, por nuestra salvación
porque desde siempre nos amaste
y por nosotros te vejaron, te maltrataron,
se burlaron de Ti y te crucificaron...
por eso estás así, mi Cristo Roto.

Te pedimos Señor, nos ayudes a entender
la grandeza de Tu Amor y de tu Entrega
para que desde allí podamos algún día
Adorarte como lo mereces y
unirnos de corazón a Tu Amor y
a Tu Sacrificio por siempre, Señor.

(Anónimo)

El Cristo Roto (1ra. parte)...

Mucha gente utiliza la palabra "Cristo" como sinónimo de "crucifijo", siendo que esa es solamente una representación de Él en un momento muy específico de Su Vida, realizando el Máximo Acto de Amor y Entrega por todos nosotros, aunque sabemos que actualmente Él Es (y Seguirá Siendo) mucho, pero mucho más que esa simple imagen o representación, en el siguiente poema se usa en algunas ocasiones con ese primer significado, por lo cual comparto con Uds. esta reflexión que sin duda nos pondrá también a pensar...

----------------------------------------------------------------------------------

Cristo Roto (Poema)

Sucedió hace poco. . .en una tarde lluviosa estaba haciendo reflexiones sobre el amor.

Sin quererlo mis ojos se posaron en la fotografía de mi gran amor.

Después en el crucifijo que tenía muy cerca de mí. . . roto!!!. Inevitablemente recordé aquel día cuando cegado por la ira, lo destrocé.

Fueron tantas veces las que le pedí a aquel cristo que me mira, que aquella mujer fuera buena, que me amara como yo la amaba, que fuera mía para siempre y así se cumplieran mis ilusiones, pero un día... un amargo día, con la esperanza de volcar en ella todo mi amor, la sorprendí en brazos de mi mejor amigo...

Corrí desesperado, no sé como llegué a mi casa, comencé a gritar y a destrozarlo todo, y cuando llegue al cristo, lo tomé con furia, lo arroje al suelo, diciendo: "Tú tienes la culpa!!!, ¿cuántas veces te pedí que me permitieras conocer el verdadero amor???, mírame ahora con el alma rota!!!..."

No sé si fue un sueño, un milagro o no sé qué, el caso es de que aquel cristo moribundo y roto brotaron estas palabras:

"Hijo mio, ahora más que nunca Te Amo, porque estás tan indefenso, tan débil, confundido... La prueba es grande pero mi amor por ti lo es más! Morí en la cruz por aquellos que como tú son como la nube. . .Sigue mis pasos y entre más sufras, mayor será tu recompensa..."

Comencé a temblar, me arrodille, tomé al cristo roto entre mis manos y lloré como niño...

Perdóname, Dios mío, perdóname!!!

Una luz intensa brilló, me desvanecí, al despertar me di cuenta que todo lo que había tirado estaba en su lugar, y en la pared aquel cristo roto que me miraba y sonreía con dulzura...

Hoy ha pasado el tiempo, es verdad, Cristo ha borrado de mi mente la amargura y el deseo de venganza...

He vuelto a creer en El Amor, y cuando siento debilidad...
Mi cristo roto me consuela, lo contemplo y le digo...

Gracias... Gracias Señor!!!

Tendrás tiempo...?

Esta mañana, te observaba y esperaba que Me hablaras, aunque fuera unas cuantas palabras, preguntando Mi opinión o agradeciéndome por algo bueno que te haya sucedido ayer.

Pero note que estabas muy ocupado(a) buscando la ropa adecuada para ponerte e ir al trabajo. Seguía esperando de nuevo. Mientras corrías por la casa arreglándote, supe que habría unos cuantos minutos para que te detuvieras y Me dijeras !!!Hola!!!, pero estabas demasiado ocupado(a).

Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y Esperé pacientemente todo el día. Con todas tus actividades supongo que estabas demasiado ocupado(a) para decirme algo. Pero está bien,... aún queda mucho tiempo...

Después encendiste el televisor. Esperé pacientemente. Mientras veías el televisor, cenabas, pero nuevamente te olvidaste de hablar Conmigo, y nada.

A la hora de dormir, creo que ya estabas muy cansado(a). Después de decirle buenas noches a tu familia, caíste en tu cama y casi de inmediato te dormiste. No hay problema, porque quizás no te das cuenta de que siempre Estoy ahí para ti. Tengo más paciencia de la que te imaginas. También quisiera enseñarte como tener paciencia para con otros...

Te amo tanto que espero todos los días por una oración, un pensamiento o un poco de gratitud de tu corazón.

Bueno, te estás levantando de nuevo, y otra vez esperaré sin nada más que Mi Amor por ti, esperando que el día de hoy Me dediques un poco de tiempo.

!!!!Que tengas un buen día!!!!

Tu amigo,

Dios

P.D.: ¿Tendrás suficiente tiempo como para compartir esto con otra persona?...

Espíritus devaluados...

Esta reflexión es de un escritor nacional del que probablemente algun@s de uds. hayan oído hablar (Miguel Ángel Cornejo), quien se ha enfocado en obras sobre superación personal y excelencia, y, aunque no concuerdo del todo en ocasiones con su estilo personal, hay que reconocer que algunos de sus pensamientos son muy buenos, como este, precisamente... quizás bastante apropiado para los tiempos en los que estamos viviendo.

----------------------------------------------------------------------------------

ESPÍRITUS DEVALUADOS

A Dios Se le ocurrió venir de visita a la tierra y Eligió una ciudad latinoamericana...

Paseando por la plaza central, de pronto se percató de que una de Sus Sandalias se había roto. Pensó que sería una buena oportunidad para conocer más íntimamente el comportamiento del ser humano, pues para Él una sandalia rota era un detalle sin importancia...

Buscó un lugar para que se la repararan; entró a un establecimiento en que el zapatero, un hombre de mediana edad, más que darle la bienvenida le gruñó:

— ¿Qué desea? —

— ¿Podría reparar Mi Sandalia?

— Enséñemela. Si se puede lo hago y si no, tírela a la basura.

Dios se la entregó y se dedicó a escuchar y observar el comportamiento del zapatero, quien no cesó de quejarse:

— Me ha ido muy mal, pocos clientes y puros trabajitos que dejan muy poco, como esta sandalia, además, la situación política de mi país es un verdadero carnaval, nuestros funcionarios son unos payasos buenos para nada, y qué decir del terror que han sembrado los narcotraficantes, a quienes nadie puede detener, pues abusan de todo y de todos. La vida cada día es más cara, es imposible vivir decentemente; y agréguele: mi mujer está muy enferma y trabajo sólo para comprar medicinas; mi hijo mayor no tiene trabajo y lleva ya un año sin aportar un solo centavo a la casa; el marido de mi hija resultó un vago y ella trabaja para mantener a toda su familia; y para colmo de males, acaban de devaluar la moneda y todo se ha encarecido en forma terrible... Esto ya no es vida — concluyó y entregó la sandalia reparada...

Dios, no acostumbrado a pedir la cuenta, Se la calzó y Se despidió, a lo que el zapatero, sorprendido, le reclamó:

— ¿Acaso se va a ir sin pagarme? Esto es el colmo, ¡es que cree que soy un estúpido! o me paga o llamo a la policía.

Sin alterarse, Dios respondió: — Tranquilo, hijo Mío, Yo Soy Dios, no acostumbro usar dinero, pero pídeme lo que quieras...

El zapatero, confundido, incrédulo y desconfiado, preguntó:

— ¿De veras Eres Dios?

— Por supuesto, pide lo que quieras.

— ¿De veras? — volvió a preguntar el sorprendido zapatero —, ¿lo que quiera?

A lo que Dios asintió:

— Pide lo que desees.

— Bueno — dijo el zapatero—, dame 100 mil dólares, con eso resuelvo toda mi vida.

— Bien — replicó Dios —, pero Me tienes que dar algo a cambio.

—¿Qué quieres que Te entregue, Señor?

— Dame tus piernas.

— ¡Imposible! — exclamó el zapatero —, ni por 300 mil dólares te las daría. Verás, las aprecio mucho y no me puedo imaginar sin piernas...

— Está bien, si no Me quieres dar tus piernas, dame tus brazos.

Furioso, el zapatero replicó:

— ¡Imposible!, ni por un millón de dólares te los daría, ¿no ves que es con lo que mantengo a mi familia?; además, me convertiría en un inútil para muchas cosas.

— No te alteres — agregó Dios —, si no me quieres dar las piernas ni los brazos, dame tus ojos.

El zapatero gritó:

— Ni por todo el dinero del mundo te daría mis ojos. Dios, no seas tan cruel, pídeme algo que me sea más fácil entregarte!...

Y Dios concluyó:

— ¿No te das cuenta de que ya Te he entregado todo sin pedirte nada a cambio?... No existe fortuna capaz de comprar a un ser humano. Se puede devaluar tu moneda, pero no permitas que se devalúe tu espíritu. Entrégame tus deseos de vivir, de construir, de luchar, de amar y Yo Te daré todo lo que quieras. Tú tienes la respuesta, atrévete a decir SÍ a la vida...

¿Se ha sentido deprimido, con la sensación de que usted no vale nada?...

¿Se lamenta constantemente de su mala suerte?...

¿Espera algún milagro para que las cosas mejoren en su vida?...

El gran milagro ya sucedió y fue precisamente el día en que usted nació. Dios le regaló todo sin pedirle nada a cambio, le entregó las estrellas de la Creación: inteligencia y voluntad, y recuerde que solamente se hace experto un marinero en medio de las tormentas. Los tiempos difíciles son la oportunidad para demostrar nuestra grandeza...

(Fuente: Fuente: Enciclopedia de la Excelencia

Infinitud humana

Tomo VII, pág. 2434)